TW
0

La gestión del agua potable es una cuestión de primera importancia en la Isla y la Administración no ofrece la respuesta adecuada en los dos principales proyectos relativos a la mejora de la calidad del suministro. Hay que lamentar la actuación del Govern en el proyecto de la planta potabilizadora de Es Castell. Los cambios políticos en la Conselleria de Medio Ambiente no justifican el incumplimiento de los plazos y las modificaciones de los criterios técnicos sobre la mejor forma de resolver el problema de contaminación por nitratos que afecta al municipio. A esto se añaden las dificultades para asignar ahora tres millones de euros a una obra cuyo anteproyecto debe presentarse en los próximos días.
La construcción de la desalinizadora de Ciutadella plantea varias dudas. Las denuncias sobre defectos técnicos en la extensión de la tubería de captación no han obtenido respuesta del Ministerio del Medio Ambiente, Rural y Marino. Tampoco las que se refieren a un impacto medioambiental negativo en las praderas de posidonia por un error en la ejecución de la obra. Incluso el Ayuntamiento ignora cómo se repercutirá el coste del agua desalada a los usuarios, qué incremento supondrá y qué volumen podrá absorberse. Faltan demasiadas respuestas.