En estos momentos de crisis económica en el que las empresas llevan casi dos años obsesionadas con reducir el denominador, quizá sería bueno preguntarnos cómo mejorar la otra parte de la ecuación, es decir, cómo aumentar el numerador de nuestra cuenta de resultados. En este sentido, deberíamos preguntarnos: ¿se puede hacer algo diferente con un negocio tradicional?, ¿puede innovarse sobre lo existente?, ¿es posible convertir un producto o servicio convencional en algo totalmente distinto y mucho más atractivo?, ¿podemos ofrecer nuestro servicio con rasgos de arte?, ¿es posible entusiasmar en estos momentos a los clientes de siempre mediante la oferta de nuestro producto aparentemente habitual?
La respuesta es un rotundo sí. Si no, fíjese en el Cirque du Soleil. Una empresa global que ofrece un espectáculo sublime, excepcional, único y excitante desarrollado a partir del concepto de circo tradicional, pero que poco tiene que ver con el show de siempre.
Incluso el problema puede ser el catalogarlo como circo en el lenguaje coloquial. Recuerdo que una vez al salir de una función de este circo –en fechas próximas a las navidades- tomamos un taxi para volver a casa y el taxista nos preguntó ¿qué tipo de espectáculo es el que ofrecen en esas inmensas carpas? Confieso que no fue fácil explicárselo con palabras normales de nuestro lenguaje corriente. Cuando respondí al taxista, éste me contrapreguntó: "¿hay payasos?, ¿hay fieras?, ¿hay redes de protección para los trapecistas?... ¿cómo puede usted decirme que es un circo si no salen ni payasos, ni leones…?".
Recuerdo que tuvimos que sacar las entradas con dos meses de antelación; el precio fue realmente alto y, sin embargo, no existía ni un solo asiento libre en la sala. Y aunque en la época navideña proliferan este tipo de espectáculos, y la oferta supera con creces a la demanda, este circo tenía todo vendido, a pesar de ser mucho más caro que la competencia tradicional.
¿Por qué este éxito rotundo?, ¿cuál es el secreto de su fama?, ¿por qué quien ve este show se convierte en el mejor vendedor del producto?
Estoy convencido de que lo consiguen porque ofrecen diferencias de excelencia en los detalles y porque han pasado de la razón en el espectáculo a la gestión de la emoción en los espectadores. Y ello lo hacen cuidando hasta el más insignificante de los elementos, haciendo que las sensaciones que perciben los asistentes sean siempre únicas y extraordinarias.
El Cirque du Soleil tiene como principios:
- Renovar el espectáculo cada cuatro años: no ofrecer el mismo producto durante un tiempo en el que pueden haber cambiado las necesidades y expectativas de los clientes.
- El proceso de selección de los artistas está perfectamente definido. Sólo incorporan ex deportistas y personas que han desatacado en una actividad y que se comprometen con una nueva profesión en la que pueden aprovechar sus capacidades.
- Su lema es la superación profesional. Cada individuo que trabaja en el circo -son alrededor de doscientos- tiene como propósito mejorar permanentemente; lo que hacen cada día, teniendo como objetivo superarse a sí mismos.
- No saturan el mercado. Eligen perfectamente las ciudades en las que actúan y no están en ellas demasiado tiempo para no agotar la demanda.
- Hacen un marketing muy efectivo. Convierten al espectador en el referente activo de venta. No me he encontrado con nadie que no recomendase con verdadero afán la "necesidad" de asistir para ver algo realmente impresionante y diferente.
-Sus profesionales son artistas con gran talento. Personas competentes y comprometidas con su trabajo que muestran su disfrute y pasión con lo que hacen; y esa pasión es contagiosa e inunda la carpa el día de la actuación.
- Última tecnología. Disponen de más avanzados sistemas tecnológicos aplicados al espectáculo del circo.
Pero ahora, con la que está cayendo… ¿es posible hacer algo parecido en la empresa? Creo que sí. Salvando las diferencias, podemos aplicar parte de sus principios de éxito a nuestras corporaciones. Para lo cual, lo primero que deberíamos hacer sería repensar nuestro propio negocio, ¿cómo puedo convertir la oferta de mi servicio tradicional en una experiencia agradable y diferente a mi competencia? La respuesta: tendrá que cambiar su estrategia y deberá disponer de la mejor tecnología y, sobre todo, contar con la mejor gente, que son los que están en contacto y provoca emoción en los clientes o espectadores de su circo empresarial. Probablemente la dirección contribuya, pero los auténticos protagonistas, los que hacen que la función de su espectáculo empresarial sea un éxito o un fracaso son las personas. Reinvente lo tradicional, trate a sus trabajadores como personas, como aristas, hágales sentir la ovación de su público y usted recogerá sus frutos en la taquilla de su cuenta de resultados.
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