Primarias no por devoción sino por obligación

El PSOE debería en su ejecutiva madrileña en combinación con la dirección nacional del partido haber discutido y llegado a un acuerdo de quién en las urnas va a enfrentarse a Esperanza Aguirre, para recuperar un poder que perdieron por la desfachatez amparada por una absurda ley que permite que los trásfugas puedan descabalar y desnaturalizar el sentido nada más y nada menos que de unas elecciones democráticas. Dos socialistas fueron los que en mala hora traicionaron el sentido y la confianza de su partido por el que en puridad se habían presentado a las elecciones de la comunidad de Madrid, y a la postre por su incalificable aptitud propiciaron que finalmente fuera el PP quien tuviera desde esa absurdo legitimidad vigente el derecho a gobernar. Después de aquello y como una consecuencia que no han superado los socialistas no le encuentran la manera de cómo ilusionar a los madrileños perdiendo las elecciones a las que han concurrido para presidir la comunidad y aunque el gobierno de Aguirre-Doña Esperanza tenga en algunos aspectos más que desencantados al personal, los socialistas no parece que por el momento hayan dado con la espada con que cortar el nudo gordiano de la profunda apatía que padecen y transmiten.

Como casi nunca los problemas se presentan solos y como ahora además el "perro" de la credibilidad anda flaquito flaquito, ya se sabe que a "perro flaco todo son pulgas", permítaseme la metáfora, va Zapatero y se postula públicamente por Trinidad, una equivocación porque digamos esos gustos selectivos le son más propios al Comité de la Federación Socialista Madrileña en primer lugar, y en su defecto al Comité Nacional Socialista, éstos deberían ser los cauces y no otros, quienes por decisión de sus miembros o por voluntad de unas primarias ya asentadas como norma decidan quiénes encabezan las listas electorales antes que se postulen nombres en boca del presidente u otros miembros del gobierno.Ahora como una evidencia de una tensión interna entre Zapatero y Gómez habrá primarias más no como una prueba de buen "rollito" sino como la evidencia de un desencuentro que le ha permitido a Joaquín Leguina decir que Zapatero en una demostración "obscena del poder" habría pretendido eliminar a Tomás Gómez en favor de Trinidad Jiménez. La verdad es que Leguina en el PSOE como otros en sus respectivos partidos parecen "respirar por la herida" cuando las cosas no les vienen de cara.Tal cual está actuando el socialismo en Madrid, le está sirviendo a Esperanza Aguirre las elecciones en bandeja de plata.

Hoy nadie medianamente informado se cree que unas primarias para dilucidar quién va a encabezar la lista socialista a las elecciones autonómicas madrileñas son el resultado de un exquisito respeto a una democracia interna, qué va, qué va, qué va, son en este caso exactamente de todo lo contrario para finalmente encontrarse que a pesar de los cuatro últimos años de un gobierno del PP con graves problemas en presuntos asuntos de espionaje entre ellos mismos, presuntas y graves corruptelas con todo y con eso es poco probable que Trinidad Jiménez o Tomás Gómez le ganen la partida a Esperanza Aguirre esperando además que en el transcurso de las primarias no acaben los candidatos enfrascados en descalificaciones personales.