TW
0

Desde hace tiempo me está rondando la idea de dejar escrito en algún papel un comentario sobre lo que se enuncia en el encabezamiento de este artículo y no hubiera sido desde luego una decisión caprichosa. Me movía a hincar el diente en el tema la frecuencia con la que en es diari aparece la noticia de que un matrimonio menorquín (fotografía incluida por supuesto) celebra los cincuenta años de casados. Hace apenas quince días sin ir más lejos Joan Vidal y Catalina Moll de es Migjorn Gran han enriquecido la nutrida lista de los que celebran un tan grato acontecimiento. Y Pepe y Cisca ("en Pepe i na Cisca") leo en es diari del día 21 de este mes se pasean por las calles de Ciudadela cogidos de la mano celebrando también ellos sus bodas de oro.

Esta clase de noticias no suele aparecer en los periódicos de ámbito nacional que acostumbro a leer a diario. No me imagino a los consejos de redacción de tales medios de información ocupados como están con ostentosa preferencia en destacar los sucesos desgraciados y cuestiones de carácter político y económico sobre todo si son graves o muy graves, dedicar siquiera un pequeño rincón de sus numerosas páginas a una minucia tan insignificante como es el grado de felicidad y de realización personal que subyace, ha de suponerse, en el hecho de que una pareja haya resistido en paz y concordia la prueba de una convivencia de medio siglo de duración. Si alguien sintiese curiosidad por estar al día en "cuestiones menores" como por lo visto es considerada la existencia de gentes felices en el ámbito que sea, más o menos felices ya se sabe, estaría mejor informado si lee la prensa de provincias que acostumbra a dar más relieve a este género de noticias que nos acercan a la vertiente humana –la más importante sin duda – del acontecimiento cualquiera que éste sea.

Ningún sentido peyorativo, por supuesto en lo de prensa de provincias tan decisiva en la formación de la opinión pública. Es en ella como quiera donde se puede encontrar mejor información de ámbito local con esta característica que considero muy positiva para hacerse una idea cabal de cómo está el patio en el capítulo de los matrimonios españoles. Si hubiera de juzgar por lo que leo en es diari sobre este acontecimiento festivo habría motivo sobrado para sentirse optimista a poco que lo que ocurre con los matrimonios menorquines reflejado en nuestra prensa local fuera más o menos representativo de lo que pasa en el resto del país. Sería interesante poder conocer a través de una estadística fiable sobre el tema, un estudio comparativo por ejemplo entre las distintas comunidades de España. A lo mejor tendríamos una visión más ajustada de la realidad nuestra de la que tienen las lectoras y lectores habituales de la llamada prensa del corazón.

Dispongo además, como cualquier hijo de vecino, de otros elementos de juicio que vienen dados por lo que veo y vivo contemplando el ambiente que me rodea, un extenso y variado abanico de mujeres y hombres de todas edades, colegas y ex alumnos de la universidad que rondan la cuarentena, personas de edad madura y sobre todo, naturalmente, gente de mi quinta. A lo mejor es que, sin enterarme, soy en este sentido una persona afortunada. La estadística que podría construir con este material humano, que conozco bien, no se apartaría mucho, pienso, de la visión que a este respecto recojo leyendo el "Menorca": De entrada y para empezar, mi hermano Ernesto, ya fallecido, y Montserrat su mujer alcanzaron y superaron los cincuenta años de matrimonio; mi mujer y yo estamos a punto de llegar a esa meta y hoy mismo mi hermano Gonzalo y Mª Mercè celebran en Menorca y acompañados de su numerosa familia esa efemérides jubilar, un adjetivo éste de jubilar que se me antoja especialmente adecuado a la naturaleza de este género de celebración íntima que por lo visto se da bastante a menudo entre nosotros.

No pretendo, por supuesto, sentar una especie de tesis sobre un tema más bien complejo y necesitado de muchos matices y a lo mejor no acierto del todo con este modo de reflexionar en voz alta. Es simplemente una opinión que me agrada explicitar cuando son tantos los testimonios, todos ellos muy cercanos, que me provocan a manifestarme en este sentido.