De dineros públicos

Cuatro quejas de la oposición, y a otra cosa mariposa. Recordarán ustedes que el CIMe promovió la construcción de un faraónico, innecesario, y excesivo edificio, para loor y gloria de doña Joana Barceló. No le bastaba a doña Joana el local de Es Camí des Castell, ni la "sucursal" que se vieran obligados a abrir en Ciutadella, para que los de ponent no les negarán el voto.

Tuvieron que gastarse una millonada en construir uno en el que sentar sus reales aposentos (léase despachos).

Aprobado el presupuesto de la innecesaria obra, a la hora de la verdad, la construcción costó una burrada más de lo previsto, inicialmente.

Al disponer el CIMe de Arquitectos, ingenieros, economistas, abogados y demás calculadores, uno pensaba que sabrían hacer cuatro números.

Sobre todo al tratarse de un edificio de nueva planta. 'Faves comptades'.

¡Pues no!, resulta que la broma salió por un buen pico más de lo previsto. Unas cortinas por aquí, unas butacas por allá y patatín patatán... voilá, un pastón extra para el bodrio del "Palm-Tree" como le llamaron (para desespero del sr. Portella -conseller entonces-). ¿Metió alguien la mano en el cajón?, ¿Se benefició alguien de las inevitables comisiones?, ¿Es de recibo ver que lo que se presupuesta por 4 pueda acabar costando 8?
Hasta el más negado de los promotores, hace un presupuesto cerrado, (tras haber estudiado dos o tres presupuestos) y cierra un contrato con el constructor elegido, que ha de ajustarse a lo pactado.

Juego de niños, pero no para los políticos.

Como ellos no son los que han de pagar de su bolsillo la obra, ser pemiten lujos y caprichos innecesarios que encarecen exorbitantemente la obra. A las pruebas me remito.

Otro capítulo merecen las adjudicaciones públicas, cuyos pliegos de condiciones se hacen a medida de quienes son amigos o correligionarios, que son los que "de rebote" salen beneficiados.

Y como aquí "todos somos güenos" nadie se pone a investigar si parte de ese coste extra, fue a parar a manos (o bolsillos) de algún partido, o de algún político, o de algún amigo de político que hiciera de tapadera.

¿Acaso no ha ocurrido lo mismo con la construcción del "diquecito" del nuevo "puertecito" de Ciutadella? ¿Se imaginan cuántos millones de euros va a costar de más (sobre lo presupuestado) el desvío de Ferreries?

¿Se imaginan los millones de euros que puede llegar a costar el caprichito de doña Irene (la que quiere ser como la Munar menorquina), si se construyera el paseo marítimo Mahón-Es Castell?

¿Y los que se incrementarán sobre el presupuesto inicial, a la hora de hacerlo?

Mucho chorizo anda suelto, disfrazado de político. En Mallorca pueden acabar en el cárcel. Y aquí en Menorca no, porque no se investiga nada.