Afganistán está convirtiéndose en un verdadero quebradero de cabeza para cada uno de los 22 países que tienen tropas en su territorio.
A los holandeses que tienen en Afganistán 2.160 soldados, les acaba de costar, nada más y nada menos, que la defenestración de todo el gobierno que el día 20 de febrero último dimitió en pleno, debido a las insuperables discrepancias de la misión en Afganistán, toda vez que ni el primer ministro democristiano Jan Peter Blakenende, ni el socialdemócrata Wouter Bos han conseguido ponerse de acuerdo no haciendo otra cosa que culparse mutuamente por el asunto de las tropas holandesas en Afganistán. Finalmente se han visto abocados a una dimisión del gobierno en pleno.
Nuestra ministra del ejército, doña Carmen Chacón, ha optado mientras tanto en hacer caso a la llamada del gobierno americano y vamos a incrementar nuestro contingente militar en el "avispero" afgano con 511 efectivos más, que sumándolos a los que allí ya operan, son un total de 1595 militares.
En la entrevista publicada por El País miércoles 6 de enero de 2010, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el General Julio Rodríguez, entre otras cosas dijo: "Cuanto antes nos podamos marchar de Afganistán, mejor". Estoy seguro que esos deseos del general Rodríguez los comportan cada uno de los responsables militares de los 22 países que participan de un problema que a día de hoy, lejos de resolverse, se está mostrando cada vez más complicado, más sucio, y más injustamente sangriento.
El otro día, por una más de esas reiteradas equivocaciones que tan frecuentemente tienen quienes están inmersos en conflictos bélicos, las tropas de la OTAN (ISAF) atacaron unos vehículos con personal civil, matando a 27 de ellos, entre los que estaban cuatro mujeres y un niño. Hay que decir que no es la primera vez que en este conflicto ha pasado una cosa parecida.
En el 2008 hubo 2118 víctimas civiles. En el 2009, 2412. Y este último mes de febrero ha sido también terrible: el día 12, 14 víctimas civiles, el día 15, 5 víctimas civiles y el día 21, 27 víctimas, también civiles. Este tipo de cosas son difíciles de justificar pero sirven para incrementar el rechazo de la población hacia las fuerzas extranjeras desplegadas en este estado del Asia central, de 649.968 km2.
Como ustedes saben, situado exactamente en la parte oriental de la meseta del Irán.
Confieso que no alcanzo a comprender cómo es posible tantos años de conflicto armado, más de 30, y estos últimos años con 22 países implicados, que se dice pronto. Algunos, como EEUU, con más de 44.000 soldados. En total, entre los 22 países, suman más de 84.000 efectivos militares, enfrentados a señores de la guerra que nutren sus cuentas bancarias con el cultivo de una amapola de la que se extrae el opio y la heroína (caballo) entre sus derivados mas importantes y más perniciosos.
Gentes organizadas en guerrillas, sin un frente establecido, gentes que no forman, en puridad, un ejército adiestrado, bien pertrechado y con buena intendencia. Si no fuera porque sus armas no son lanzas ni flechas, bien podría tomarse por asaltantes de caminos de la otrora Edad Media.
Afganistán tiene una población de 26.508.694 personas, una población heterogénea formada por varios grupos étnicos. En el siglo XIX lucharon contra los ingleses. En 1980, siendo ya una república, sufrieron la invasión de la URSS, que duró 9 años. Acto seguido, empezaría el régimen talibán, lo que ha culminado por arrastrar a 22 países en un conflicto que, lejos de resolverse, se esta radicalizando cada día más.
España ha pagado un alto tributo en vidas humanas y en miles de millones de euros, sin que aquel país se haya democratizado, ni mucho menos modernizado. Tiene mucha razón el general Julio Rodríguez en eso de venirnos de Afganistán cuanto antes. Lo que yo me pregunto es por qué aún estamos allí.
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