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El Consell y los ayuntamientos de Maó y Ciutadella se han enzarzado en una disputa política marcada por las discrepancias entre partidos de distinto signo. Si el martes los alcaldes de Ciutadella y Maó, Llorenç Ferrer y Héctor Pons respectivamente, ambos del PSOE, cargaron contra el presidente Adolfo Vilafranca, al que acusaron de «deslealtad institucional», ayer fue el PP quien, a través del conseller portavoz Joan Pons Torres y el senador Cristóbal Marqués, secretario general de la formación, quienes criticaron al PSOE por «abrir una cortina de humo para tapar la inoperancia de sus alcaldes y la vagancia de sus consellers». Este rifirrafe, que a nadie beneficia y a todos perjudica, reclama sosiego, sentido común y capacidad de entendimiento. Más allá del debate partidista, la gestión en las instituciones reclama lealtad, colaboración y cooperación. Socialistas y populares han de superar sus diferencias para alcanzar acuerdos. La reunión que hoy celebra la Comisión de presidentes de corporaciones locales de Menorca en Sant Lluís es el escenario para limar asperezas y poner de manifiesto que los responsables políticos de nuestras instituciones saben ponerse de acuerdo.