11/12/24 4:00
Cada vez resulta más complicado para cualquier gobierno en minoría conseguir aprobar unos presupuestos. Las cesiones excesivas a grupos minoritarios con una contraprestación desproporcionada topa con las dificultades para llegar a acuerdos con la oposición. La consecuencia es que han de prorrogarse unos presupuestos que no incorporan las prioridades políticas y sociales de un gobierno responsable. Se puede gobernar con un presupuesto prorrogado. Sucede con demasiada frecuencia, pero no es un sistema recomendable si realmente creemos que las políticas se desarrollan más con números que con palabras.