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La presentación de dos propuestas de parques eólicos marinos en la zona asignada del norte de la Isla ha vuelto a abrir el debate sobre la conveniencia de este tipo de generación de energía limpia en la Isla. La iniciativa del Consell de presentar a los dos promotores ante el Consell Social de la Reserva ha sido una buena idea. Es evidente que no interesa que toda la capacidad en el nuevo modelo, que representa el plan de Menorca 2030, sea fotovoltaica. La eólica está prevista y completa la garantía de producción de la alternativa sostenible. Una de las propuestas de los parques marinos plantea desplazar la ubicación inicial de cinco kilómetros de la costa a once kilómetros, eliminando de esta forma el impacto paisajístico.

Por otra parte, el parque eólico de Milà, tras quedar obsoleto, está a la espera de una propuesta de repotenciación, de medir la fuerza del viento, para determinar si la inversión está justificada. Lo que es evidente, sobre todo si se instalan molinos de mayor altura, es el impacto paisajístico desde Maó.

En definitiva, no conviene tratar las propuestas de parques eólicos en el mar como si no fuera con nosotros, cuando son una opción interesante y probablemente necesaria.