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El Consell de Menorca gestiona este año un presupuesto prorrogado. Es probable que los ciudadanos no perciban las consecuencias de esta situación, pero es evidente que unas cuentas prorrogadas y la redirección del gasto a partir de los remanentes de tesorería, el dinero no gastado de algunas partidas, no es un sistema que deba mantenerse. Es importante que el Consell apruebe su presupuesto para que los grandes objetivos, la inversión en la carretera y los planes de gestión del agua potable, por ejemplo, puedan llevarse a cabo.

Corresponde al presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, alcanzar un acuerdo, ya que gobierna en minoría y necesita un voto más para la aprobación. Lo intenta por segunda vez con los partidos de la oposición, con los que no pudo llegar a un pacto. Es realmente difícil alcanzar el consenso general, aunque es verdad que los objetivos más importantes en la dotación de recursos, no tienen color político. Es positiva la actitud favorable al acuerdo, que precisa de la disposición a la renuncia por cada parte. Si no es con la oposición, queda la opción del pacto con Vox, que hoy parece posible, siempre pendiente de cuáles son las contraprestaciones.