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Nueve de cada diez menores consume contenidos pornográficos, una escuela del sexo salvaje, machista y misógina que motiva la campaña «Vamos a hablar de pornografía», promovida por el Ministerio de Igualdad. Sus objetivos consisten en «levantar el velo de la pornografía» para que las familias y las comunidades educativas aborden lo que es  un problema evidente y adopten medidas.

La pornografía cosifica y desprecia a las mujeres, genera violencias y una cultura que luego reproducen muchos jóvenes cuando empiezan a tener relaciones sexuales. Con el lema «habla, escucha, protege», esta campaña aspira a poner el debate sobre la pornografía encima de la mesa para concienciar a la sociedad y, especialmente, a las familias sobre unos comportamientos que se han generalizado.

El 90 por cien de los adolescentes españoles consume pornografía desde los ocho años y el 70 por cien de los menores recibe contenidos de esta naturaleza de forma involuntaria. La  pornografía es un fenómeno que debe «preocupar» y «ocupar». Nunca los adolescentes habían tenido un acceso tan directo, rápido y tan fácil a estos contenidos. El 56 por cien de los jóvenes confirma que el porno influye en sus relaciones sexuales y lo considera una escuela de sexo. Es preciso crear una conciencia social crítica para evitar esta desacertada y falsa iniciación.