23/09/24 4:00
Las próximas horas pueden ser críticas -más aún- en Oriente Próximo. Tras el brillante golpe táctico del Mossad, que hizo explosionar los ‘buscas’ y los walkie-talkie de los comandantes de Hizbulá, en una operación sin precedentes, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu parece que busca el choque directo con la milicia islamista en El Líbano, consciente de que vive sus horas más bajas y es especialmente vulnerable tras quedar destruida su red de comunicaciones. Es, sin duda, una decisión arriesgada, teniendo en cuenta que detrás de Hizbulá se encuentra Irán, la potencia regional, y que la guerra en Gaza no ha finalizado.