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El mundo está pendiente del resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos del mes de noviembre. La influencia de este país para la estabilidad internacional es enorme, especialmente para Europa y la OTAN, en un momento de guerras y tensiones que requieren de posiciones firmes y unitarias.
El debate entre Donald Trump y Kamala Harris de la madrugada del miércoles en España mostró hasta que punto existe una situación de riesgo provocada por el expresidente, con posiciones radicales respecto de la inmigración y la falta de criterios en la política internacional.

Mientras la Unión Europea y la OTAN se han fortalecido con posiciones ampliamente compartidas por los países ante la invasión de Ucrania o la guerra de Israel en Gaza, Estados Unidos se ha convertido en un socio de riesgo. Si Trump vuelve a la presidencia, esta fortaleza de las organizaciones multinacionales puede entrar en crisis. Además, el populismo del candidato republicano, con ideas estrambóticas sobre inmigración, pueden afectar al liderazgo de su país en el mundo, cuyos ciudadanos deberían esperar estabilidad y no alimentar factores para la quiebra del sistema.