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El atentado contra Donald Trump ha dado un trágico giro a la carrera por la Casa Blanca entre el expresidente y el actual mandatario, Joe Biden. Un joven de 20 años llamado Thomas Matthew Crooks, votante republicano de Pensilvania, disparó repetidamente con un fusil AR-15 contra Trump, subido al tejado de un cobertizo. Le hirió en una oreja, mató a un espectador y dejó malheridos a otros dos, antes de que los francotiradores acabaran con su vida.

La actuación del servicio secreto ha sido muy criticada, porque el tirador consiguió subirse a la estructura, muy cerca del atril donde se estaba llevando a cabo el acto, y apretar el gatillo de forma sucesiva, antes de que fuera abatido. La violencia está desatada en aquel país y el debate sobre la posesión de armas vuelve a estar al orden del día. La sociedad norteamericana se está acostumbrando a los incidentes violentos, como el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, que alentó el ahora tiroteado candidato Trump.

Los analistas apuntan que si las opciones de triunfo de Joe Biden eran muy escasas, porque buena parte del electorado cree que su estado de salud no es el más adecuado por su avanzada edad, ahora, con el atentado de Pensilvania, Trump llega lanzado a la carrera por la Casa Blanca. Una de sus prioridades, si es nombrado presidente, debería ser pacificar un país hoy en llamas.