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En enero pasado la presidenta del Govern, Marga Prohens, reclamó a Pedro Sánchez una reunión urgente de la Conferencia de Presidentes para negociar con todas las comunidades autónomas la mejora de la financiación. Prohens ya advirtió entonces que no se pueden generar agravios entre las comunidades para favorecer a unas en detrimento de otras. Ahora, ante la propuesta de una «financiación singular» para Catalunya, con el objetivo del voto a ERC a la investidura de Salvador Illa, el Govern rechaza acuerdos bilaterales que beneficien exclusivamente a la Generalitat catalana y reitera que la nueva financiación autonómica debe ser negociada de manera conjunta. Y pone sobre la mesa los sobrecostes de insularidad que no son compensados ni con el Régimen Fiscal ni por la Unión Europea. Con el actual modelo de financiación, en vigor desde 2009, Balears recibe  menos recursos per cápita que Catalunya.

El Gobierno PSOE-Sumar se resiste a abrir la reforma de la financiación a las autonomías, lo que crea agravios comparativos. Pero esta situación no se puede mantener de manera indefinida. Hay que actuar y adoptar decisiones, lo que implica convocar la Conferencia de Presidentes y el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Sánchez no puede seguir dando largas a una cuestión que ha de afrontar con decisión.