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Las declaraciones de Mongofra (2014 y 2015) y Ses Quarterades (2019), difundidas por Fra Roger Gastonomia i Cultura, pusieron las bases de la mahonesa como salsa universal, la soberanía alimentaria como fuente de emancipación y la proyección exterior de la gastronomía. Estos tres documentos fueron la hoja de ruta para la declaración de Menorca como Región Europea de Gastronomía 2022.

Ahora, Fra Roger, que debería añadir el concepto ‘economía’ a su nombre, lidera el nuevo paso de la gastronomía menorquina con la declaración de Son Vell. Hemos de responder a desafíos acuciantes en conectividad y competitividad, lo que exige acción conjunta con una alianza eficaz entre administraciones públicas, las empresas locales y la sociedad civil. Los objetivos están fijados: mayor bienestar, reserva de biosfera, turismo creativo y capacidad de trabajo de los agentes implicados. En este nuevo escenario sobresale una meta que debemos ser capaces de alcanzar: lograr que, en 2030, sea Región Mundial de Gastronomía. Es el nuevo tiempo de la promesa gastronómica, inspirada en una tradición culinaria centenaria que convierte Menorca en un atractivo destino gastronómico único, potente y excepcional.