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La falta de mano de obra cualificada amenaza la continuidad de actividades profesionales y con larga tradición en Menorca como son la carpintería, fontanería, electricidad y talleres mecánicos. Es un déficit preocupante que se está acentuando y agravando. Numerosas empresas y talleres de la Isla no encuentran jóvenes que quieran realizar estos trabajos, que implican conocimiento del oficio y aptitudes manuales, lo que provoca demoras en atender a los clientes, intrusismo y también ocasiona competencia desleal. Conseguir instaladores es un reto al que cada vez es más difícil dar respuesta; una dificultad que impide el relevo de estas pymes menorquinas.