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El alcalde de Maó, Héctor Pons, en su entrevista de ayer con la presidenta del Govern, Marga Prohens, abrió la puerta a que el nuevo Conservatorio de Menorca no se construya en la Sala Augusta sino en otra ubicación que facilite el desarrollo del proyecto. Dos convocatorias desiertas y una tercera, pendiente, con el doble del coste inicial, de 6,4 a 11,5 millones de euros, son argumentos suficientes para comprender las dificultades del desarrollo de la obra en la Sala Augusta. Es evidente, que en el pasado mandato municipal, se priorizó la recuperación de este edificio, más que las necesidades de espacio e instalaciones para la formación musical. Por estos dos motivos, el cambio de ubicación está justificado.

Pero también es cierto que debe evitarse el abandono de la Sala Augusta y que es importante incorporar un edificio útil al patrimonio de la ciudad. Por eso, el Ayuntamiento de Maó y el Govern han de colaborar para rescatar el viejo edificio. Ahora, se plantea un doble reto: encontrar la mejor ubicación para el Conservatorio que Menorca se merece por su potencia musical, y definir un nuevo uso para la Sala Augusta ajustado a las características del edificio y al espacio que ocupa.