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A pesar de la paralización impuesta a nuevas plazas en viviendas con licencia, el alquiler turístico ha registrado este año en Menorca un incremento del 38 por cien respecto a la temporada de 2022. Es el mercado extrahotelero que, una vez más, logra eludir la moratoria y gracias a la oferta ilegal se sigue expandiendo.

Los datos difundidos por Frontur son contundentes: durante los meses de julio y agosto, la Isla ha recibido a 168.880 visitantes que han optado por esta modalidad para sus vacaciones. Una cifra récord, que supone 50.000 turistas más que el año pasado. Al mismo tiempo ha descendido un 1,8 por cien el número de turistas que han escogido alojamiento hotelero este verano en Menorca.

En conjunto, estas cifras nos invitan a la reflexión y constituyen todo un reto para las administraciones y los responsables de la política turística de la Isla. Es preciso actuar con eficacia para detectar primero, y regularizar después, esta oferta clandestina que esquiva los controles y distorsiona, al fin y al cabo, la realidad del mercado turístico menorquín. En definitiva, se trata de que todos cumplan las mismas normas y reglas de juego para evitar competencias desleales.