La amenaza de sequía entra en el debate político de las elecciones
reservas hídricas en Balears, difundidos por el Govern, que incluyen las nevadas y precipitaciones de la borrasca Juliette, concluyen que se situaron en un 62 por cien en marzo, nueve puntos más que el mes anterior y mejor balance que el de 2022, cuando eran del 58 por cien. Unos datos que no justifican la relajación de las medidas para el consumo racional del agua. La falta de precipitaciones en marzo y abril auguran una bajada de las reservas y que las unidades de demanda de Migjorn (Menorca), y Formentera entren en prealerta. La sequía se ha incorporado a la precampaña para las elecciones del 28 de mayo, provocando una batalla política entre el PSOE y el PP. El detonante ha sido la propuesta del PP, apoyada por Vox, para regularizar regadíos en el entorno del parque nacional de Doñana, rechazada por la izquierda. La ausencia de lluvia en los últimos meses plantea restricciones en el consumo de agua que no se aplicaban desde hace años. El Gobierno advierte que, si no llueve en los próximos dos meses, se impondrán limitaciones que pueden llegar a implicar la reducción de la presión del agua y cortes horarios. En cualquier caso, hubiera sido más acertado y con un criterio de mayor previsión que las administraciones hubieran actuado antes, en lugar de confiar en llueva las próximas semanas.
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