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La Comisión Europea redacta un plan con medidas de ahorro del gas para responder a un potencial corte del suministro por Rusia, primer proveedor global de la UE. Bruselas advierte que la dependencia de la energía rusa no es sostenible y por ello pide a los estados miembros que incentiven la reducción de su consumo, aunque ello suponga utilizar carbón y energía nuclear.

Las respuestas que prepara Bruselas se aceleran al haber duplicado el gas su precio en un mes -la amenaza de huelga en Noruega y menos envíos desde Estados Unidos han disparado la cotización hasta los 160 euros por megavatio hora, frente a los 80 de principios de junio- lo que dificulta llenar los depósitos en Europa para afrontar el invierno. En el actual escenario de incertidumbres sobre la situación bélica y geopolítica, crece la amenaza del corte de suministro del gas por parte de Rusia, lo que empeorará las cosas. Los cortes selectivos aplicados por el Gobierno de Putin alertan sobre lo que ocurriría en Europa en los meses invernales. Alemania ya ha efectuado una severa llamada al ahorro para afrontar el invierno sin el gas ruso, pero esta restricción se aplicará en toda la UE. España es uno de los países con menor dependencia y, quizás por este motivo, no ha empezado campañas de concienciación. Pero Bruselas fijará las medidas para reducir el consumo de energía en viviendas y empresas.