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Los últimos datos del mercado laboral en las Islas confirman la resistencia de nuestra economía. La estadística dice que la cifra de parados en Menorca es la más baja de los últimos catorce años. A medida que se superan las incertidumbres vinculadas a la pandemia arranca la reactivación económica, aunque seguimos lastrados por la estacionalidad, porque la temporada turística no empezará hasta abril. La supresión de las restricciones abre un escenario esperanzador con un año en el que volverá a adquirir gran peso el mercado español, si bien se concentra en julio y agosto. En este contexto hay que valorar la inversión extranjera, en especial en el campo de la promoción inmobiliaria. Balears es uno de los enclaves más atractivos como refugio del capital acumulado en los países del norte y centro de Europa. Pero la bonanza no llega por igual a todos los sectores, y, por ejemplo, el comercio tradicional no consigue recuperarse por el cambio de tendencia que provoca Internet. Las amenazas todavía no han desaparecido y la coyuntura está lejos de ofrecer un panorama de estabilidad. El encarecimiento de los combustibles, la escasez de determinados equipamientos, los problemas de abastecimiento de materias primas y las incertidumbres asociadas a la agresión de Rusia al invadir Ucrania son factores que invitan a la cautela.