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El Gobierno de Pedro Sánchez empieza a reaccionar a la escalada del precio de la energía eléctrica, que sigue aumentando desde hace    meses y que hoy alcanzará un nuevo récord con un precio de 172,78 euros el megavatio/hora. Un decreto ley aprobado ayer fija las nuevas condiciones del mercado eléctrico español e incluye medidas con las se pretende amortiguar el alza de la electricidad.

La contención en los precios pasa por un recorte de los beneficios de las eléctricas obtenidos por el elevado precio del gas, y por la reducción de la presión fiscal. Es el primer paso para crear un nuevo marco regulador del sector eléctrico en España. Es inadmisible que los precios queden fijados siempre por los costes de la energía más cara –el gas–, una fórmula que beneficia la generación nuclear o hidroeléctrica. El Gobierno debe definir sus objetivos: promover el coche eléctrico o el autoabastecimiento requiere una política estable de incentivos. También debe cambiar la tributación que castiga a los consumidores que pasan a la energía eléctrica limpia en detrimento de los combustibles fósiles,    como pretende la Unión Europea. España no puede seguir demorando el gran salto energético del país.