Hemos pasado del «Balears se ha convertido en la única zona de España abierta a la llegada del turismo británico» cuando, el 25 de junio, el Reino Unido puso las Islas en ‘semáforo verde', y «no habrá nuevas restricciones» (2 de julio) a «Londres vuelve a situar a Balears en el ‘semáforo ámbar' por la subida de contagios», este pasado jueves. Y finalmente, «El Govern cambia de postura y ya prepara restricciones para frenar la ola». ¿Qué ha ocurrido?
Desde finales de junio se denuncia que el turismo de borrachera pone en peligro la temporada en las Islas; «tenemos que parar esta alegría de vivir desenfrenada», reclama la Conselleria de Salut. Cada vez que se suavizan las restricciones y se autoriza una mayor movilidad se repite el mismo escenario: se dispara la incidencia acumulada y aumentan los infectados, lo que obliga a los equipos UVAC a incrementar las labores de rastreo y detección entre quienes han sido contacto estrecho de positivos.
La realidad es que aún no hemos vencido al coronavirus, que con las mutaciones es más silencioso y contagioso. Hay que seguir extremando las precauciones y se avecinan nuevas limitaciones y restricciones.