Con Balears a la cola en la distribución de la vacuna contra la covid por comunidades -es la última respecto al total de habitantes-, un ritmo de inmunización que no responde en absoluto a las expectativas generadas, y cuando la mayoría de las empresas de las Islas no esperan una recuperación hasta 2022, las miradas se dirigen hacia los fondos de la Unión Europea para la reactivación.
Pime-Mallorca acaba de calificar el reparto de estos recursos de «nuevo golpe a la economía productiva y los trabajadores más sacrificados para llegar a final de mes», o sea, pymes y autónomos. El presidente, Jordi Mora, denuncia que los fondos UE son «una merienda para los de siempre, dejando a las pymes y los autónomos al margen». Esta advertencia constituye un toque de atención para el Govern, que ha de reclamar al Gobierno central y a Bruselas financiación para las reformas estructurales del modelo económico del archipiélago. O sea, nuevas actividades productivas que sean alternativas a la también necesaria actividad turística. Y ello debe hacerse con pymes y autónomos. Los recursos UE no pueden dejar de lado al tejido pyme de Balears, que ha demostrado su fiabilidad y solvencia.