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El ministro de Sanidad, Salvador Illa, encabezará la candidatura del Partit dels Socialistes Catalans (PSC-PSOE) en las elecciones autonómicas de Cataluña que se celebrarán en febrero. Este movimiento, con el que Pedro Sánchez prescindirá de uno de sus ministros más cuestionados, abrirá una crisis en el Gobierno PSOE-Podemos y facilitará la entrada de Miquel Iceta en el Ejecutivo central. Con esta maniobra los socialistas quieren dar el vuelco a los sondeos, que pronostican un gobierno independentista en la Generalitat.

Sánchez ya ha abierto la puerta a un indulto para los políticos condenados por su participación en el ‘procés' independentista; una manera de tender puentes para un posible acuerdo postelectoral que rompa- el bloque independentista en Cataluña.

La apuesta por Illa es arriesgada. Como máximo responsable de Sanidad durante la pandemia ha sido muy cuestionado por la errática gestión de la crisis sanitaria. La constante exposición pública le ha dado una popularidad con la que se pretende arrastrar a parte del electorado catalán, pero las elecciones catalanas siempre se han mostrado muy impermeables a los avatares de la política estatal. El PSOE ha decidido jugar todas sus cartas.