El confinamiento primero y las restricciones de movilidad después por el coronavirus han impactado severamente sobre las empresas de transporte de Menorca, tanto discrecional como regular, provocando un desplome de su actividad. Desde marzo se registran sucesivas caídas en el tráfico de pasajeros, con bajadas en la facturación que alcanzan el 95 por ciento.
Al seguir en vigor las medidas que limitan los desplazamientos, los transportistas mantienen estacionadas sus flotas y se ven obligados a tramitar bajar temporales de vehículos para reducir la carga de impuestos durante los meses que los autobuses no circulan. Las normas para evitar la propagación de una pandemia que está teniendo efectos devastadores sobre la economía local afectan al sector del transporte, que carece de demanda. En Mallorca varias empresas de transporte discrecional han optado por vender parte de sus autocares. En Menorca la situación es «crítica», como reconocen los empresarios del sector, que esperan acabar lo antes posible un 2020 que cierra con pérdidas.
El 2021 es una incógnita porque se desconoce aún cómo actuará la vacuna y si habrá temporada turística en Balears.