Con la máxima cautela, siguiendo las indicaciones de los expertos, la UE ha decidido abrir sus fronteras internas, mientras que de cara al exterior el número de países vetados es enorme. La pandemia no se puede considerar como un episodio controlado y las noticias que llegan sobre su expansión son muy preocupantes, en especial en EEUU y el resto del continente americano con la excepción de Canadá.
Estamos, pues, ante un proceso que se encuentra todavía en una fase embrionaria a la espera de la llegada de la ansiada vacuna, pero la necesidad de normalizar el tráfico de personas y mercancías era ya imperiosa. El hecho de que el Gobierno británico haya anunciado el fin de la cuarentena que se imponía a los ciudadanos que regresaban del extranjero ha disparado las reserva turísticas a Balears, una noticia excelente pero que es necesario tomar con cautela. El excelente arranque, con una subida del 96 por ciento, no puede hacer perder de vista que aun así la llegada de turistas del Reino Unido no superará el 30 por ciento de quienes lo hicieron el pasado año.
El escenario económico de los próximos meses es preocupante y catastrófico cuando se plantea el último trimestre, el desplome social y económico obliga a la adopción de medidas extraordinarias para garantizar la supervivencia de las empresas. Es mucho lo que hay en juego y la unidad se adivina como la mejor arma contra la crisis.