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Los menorquines son los ciudadanos más críticos y escépticos en Balears sobre la actividad turística, según los resultados de la última encuesta Gadeso. Solo un 47 por ciento de la población de Menorca -frente al 62 por ciento de Formentera y el 59 por ciento de Mallorca- considera que el turismo ha sido la base del bienestar. Los menorquines también son los que menos valoran en el archipiélago la capacidad de la industria turística para generar empleo y abrirnos a otros modos de vida.

La encuesta de Gadeso también aporta la preocupación de la balear menor por la excesiva estacionalidad de la actividad turística y una ocupación del territorio que se considera excesiva en la isla más protegida de Balears, y la única que ha sido declarada Reserva de Biosfera.

Estas percepciones, fruto en parte de la tardía incorporación de Menorca al fenómeno turístico, invitan a la reflexión cuando el sector turístico, incluyendo alojamiento y oferta complementaria, aporta más del 70 por ciento del PIB menorquín. Urge dar respuesta a demandas que se arrastran desde hace años como la acusada estacionalidad y la necesidad de definir un modelo turístico propio, lo que hasta ahora no se ha logrado.