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No había la emoción de hace veinte años cuando Antich tomó posesión de su cargo en Sa Llotja como primer presidente de un Govern progresista, pero sí había una gran satisfacción entre los numerosos militantes del PSOE presentes porque por vez primera se reeditaba un Govern de izquierdas y por vez primera repetía en la presidencia una mujer, Francina Armengol. La nueva presidenta, arropada por el presidente del Senado y tres ministros del Gobierno Sánchez, hizo un discurso diferente del de hace cuatro años, en clave de compromiso personal, al servicio de Balears y de lealtad a su gente, con referencias a Menorca, Eivissa, Formentera y Mallorca.

Y a todo aquello que reclama la sociedad prosperidad para todos, turismo sostenible, vivienda digna, lucha contra el cambio climático, acabar con el «terrorismo machista», una mejor educación y sanidad públicas, ... Armengol intentó ser exhaustiva pero se echaron en falta alusiones a la lengua catalana y la cuestión migratoria. Expresó ante los ministros su lealtad pero también sus reivindicaciones, que son las de la sociedad balear: nuevo régimen fiscal y mejora financiación, destacando a la vez su confianza en el Gobierno central. Un discurso en auténtica ‘clave Armengol'. Ahora, toca gobernar y llevar a la realidad los compromisos contraídos.