22/11/18 22:11
Lo ocurrido ayer en el Congreso evidencia el grado de crispación en el que está inmersa la política española. El grave enfrentamiento, dialéctico y personal, entre el diputado de ERC Gabriel Rufián y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se inscribe en la escalada en la que está inmerso el independentismo catalán con el Estado. El motivo del guirigay es ya una anécdota, después de que Rufián se haya convertido en un experto de la provocación más insolente y contumaz para exasperación de la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, que lo expulsó del pleno de la Cámara.