En una década el número de jóvenes menorquines que se ha marchado y reside fuera de la Isla ha pasado de 293 a 794, con un incremento del 171 por ciento. Estas cifras se refieren a la población empadronada en Menorca con edades comprendidas entre los 15 y 34 años. Somos la isla de Balears con un mayor número de jóvenes que buscan fuera experiencias y oportunidades, sean laborales o formativas.
Este fenómeno se ha agudizado en la franja de edad de 15 a 19 años, con un aumento del 388 por ciento en estos diez años, de manera que en 2009 había 42 jóvenes menorquines de estas edades que residía fuera y ahora ya suman 205.
Es cierto que del grupo de 15-34 años un 55 por ciento reside actualmente en países de América del Sur, lo que apunta a una migración de retorno.
Pero, en conjunto, los datos son preocupantes porque se añaden a un envejecimiento progresivo de la población, una caída de la natalidad y que la edad media de la maternidad en Menorca ha pasado, entre el 2002 y el 2016, de 28 a 30 años.
Este escenario demográfico y esta fuga de cerebros exige respuestas y medidas, dando oportunidades a nuestros jóvenes para evitar que se vayan.