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Los bancos que operan en Balears están restringiendo al máximo la concesión de créditos, una decisión fruto de la experiencia para evitar repetir los errores del pasado. Pasarán varias generaciones para olvidar la lección de la gran depresión iniciada hace una década, porque estuvo ligada al crédito, concedidos en muchas ocasiones de manera irresponsable.

El Banco de España se está demostrando ahora más diligente que en 2008, cuando se dejó sorprender por una crisis cuyo calado era mucho más hondo e hiriente de lo que trataba de hacer ver el Gobierno de entonces, presidido por Rodríguez Zapatero. El Banco de España extrema los controles para evitar un aumento de impagados por los bajos tipos de interés, una acción preventiva que hace diez años no se aplicó a tiempo. Fue letal para las cajas de ahorros y muchas empresas, con la destrucción de numerosos empleos. Los desahucias se dispararon y se hundió el sector de la construcción.

Recuperada la senda del crecimiento, la experiencia reclama prudencia. Hay que crecer sin calentones que distorsionan el mercado y evitar los impagados. La economía avanza con red de protección bajo sus pies.