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El preacuerdo que han alcanzado las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos UGT y CCOO supone, a la espera de su ratificación definitiva, el fin de los ajustes salariales derivados de la crisis económica. Hay que destacar que los trabajadores también puedan acceder a los beneficios de la recuperación, lo que exige matizaciones. El aspecto de mayor relevancia consiste en el aumento de los salarios más bajos que, a partir de 2020, no podrán situarse por debajo los 14.000 euros anuales, una medida de impacto social.

El incremento acordado por los agentes sociales -un dos por ciento y un uno por ciento más vinculado a la productividad- apenas tendrá repercusión real sobre el poder adquisitivo de los trabajadores por la evolución de la inflación; apenas medio punto. El efecto, por tanto, es más psicológico que real.

En los años de la crisis lo común fue la congelación y también la reducción salarial para garantizar la supervivencia de muchas empresas. Cabe admitir un importante avance en el apartado de los sueldos que estén por debajo de los mil euros mensuales, que fue la franja laboral más castigada por la recesión. Sólo en Balears beneficiará a unos 200.000 trabajadores.