Cuando aún no ha empezado la temporada con mayor demanda y presión sobre la redes de abastecimiento, los siete puntos de suministro de agua potable de Maó superan los límites de nitratos fijados por la Organización Mundial de la Salud para considerar el líquido elemento apto para el consumo humano. Las últimas analíticas constatan y confirman un empeoramiento en la calidad del agua que suministra el Ayuntamiento de la población.
Las siete redes de abastecimiento rebasan los 50 miligramos por litro, límite fijado por la OMS para que el agua pueda destinarse al consumo. Incluso hay zonas, como Cala Llonga, donde el nivel de nitratos se dispara a 71,5 mg/litro, mientras que en Favàritx y Es Grau se alcanzan también elevadas concentraciones de 71 y 72 mg/litro respectivamente.
Atrás queda la frase que Llorenç Carretero pronunció cuando era alcalde de Sant Lluís: «nitratos ha habido siempre y nadie se ha envenenado», porque significa negar la evidencia y gravedad del problema.
Es preciso adoptar y aplicar medidas, como la desnitrificadora anunciada como una gran actuación, que hoy sigue pendiente de licitación y ejecución.