Cristina Cifuentes se vio abocada a presentar la dimisión por la difusión de un vídeo que prueba que hurtó dos botes de crema rejuvenecedora en un supermercado en 2011. Siete años después estas imágenes acaban con la carrera de Cifuentes, que no ha podido tener un final más esperpéntico después de haberse aferrado al poder por el 'caso del máster' y haber causado un daño enorme a la Universidad Rey Juan Carlos.
Pero el 'caso Cifuentes' no acaba con su dimisión al evidenciar la guerra fratricida en el seno del PP de Madrid, fuente constante de escándalos. El expresidente Ignacio González y el exconsejero Francisco Granados han acabado en la cárcel; la antaño mítica presidenta Esperanza Aguirre se ha visto obligada a dejar la política, y Cifuentes ha tenido un final propio de república bananera. Su hundimiento es fruto del cainismo; ha perdido el cargo por 'fuego amigo'. Cristina Cifuentes fue designada presidenta autonómica para romper con el pasado de corrupción, pero no se tuvo en cuenta su propio pasado. Lo normal es que ahora se abra una investigación sobre su gestión en la autonomía madrileña. Ciudadanos tiene la llave de una situación complicada.