El vicepresidente y conseller de Turismo del Govern del Pacte, Biel Barceló, afirmó ayer que no tiene intención de dimitir a pesar de la imputación de dos de sus más directos colaboradores en sendas causas judiciales: el director de la Agencia de Turismo de Balars, Pere Muñoz, por el 'caso Contratos'; y la directora general de Turismo, Pilar Carbonell, que ha sido imputada en el 'caso Cursach'.
El código ético del Govern está provocando una grave inestabilidad institucional al provocar estas dimisiones, circunstancia aprovechada por uno de los socios del Pacte, Podemos, que también reclama la renuncia de Barceló. Estas tensiones internas afectan y erosionan la imagen de todo el Ejecutivo autonómico, del que ya salió Més per Menorca tras forzar Armengol la dimisión de Ruth Mateu por el 'caso Contratos'. En las actuales circunstancias Podemos -que firmó los Acords pel Canvi pero que también juega a ser oposición- quiere ganar protagonismo a costa de Més, al que considera un adversario.
Esta nueva crisis en el Pacte requiere la intervención de la presidenta Armengol para reconducir los desacuerdos entre Més y Podemos y garantizar la estabilidad política del Govern.