03/07/17 0:00
Al caso del inmigrante que tiene trabajo y un sueldo de 1.500 euros pero debe pernoctar en la Casa de Acogida de Ciutadella se añaden las familias de mileuristas obligadas a compartir vivienda por el imparable aumento del precio del alquiler. Ni en los momentos más álgidos de la burbuja inmobiliaria, hace una década, se había vivido una situación como la actual. La diferencia la hallamos en la irrupción de empresas en Internet que mueven el mercado a su antojo, pero los poderes públicos se muestran incapaces de actuar con eficacia ante la enorme presión de la demanda.