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La Agencia Tributaria ha difundido una nueva relación de morosos formada por los contribuyentes con una deuda fiscal superior al millón de euros. En conjunto son 4.549 empresas y personas físicas que adeudan 15.400 millones de euros. La lista, copada por inmobiliarias y firmas que fueron arrastradas por la crisis, es un mero golpe de efecto del Gobierno.

Siempre ha habido, y habrá, morosidad fiscal. Lo relevante es la lucha contra el fraude y la eliminación de los paraísos fiscales, donde queda mucho por hacer. Resulta dudoso el supuesto efecto ejemplarizante de la publicación de los morosos de la Agencia Tributaria, cuando muchos de ellos repiten de anteriores ejercicios.

Lo que reclaman los ciudadanos no es tanto la identidad de quienes adeudan al Fisco, sino quienes logran evadir su control, dentro y fuera del país. El fraude fiscal sigue siendo la gran asignatura pendiente de la gestión tributaria española.

Grandes empresas e inversores disponen de mecanismos para minimizar su aportación a la Hacienda pública, en ocasiones con medios legales. Mucho queda aún por hacer para generar una auténtica y solidaria conciencia fiscal en España.