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La decisión de Més per Menorca, aprobada sin unanimidad en una asamblea convocada con urgencia, consistente en salir del Govern como reacción a la destitución de la consellera Ruth Mateu, está siendo cuestionada en el seno de la coalición. Dejar en minoría al Govern de la Comunidad Autónoma es una cuestión de enorme trascendencia política, que exige una reflexión serena y profunda en lugar de una convocatoria precipitada, que motivó significativas ausencias.

Abrir una crisis institucional por una cuestión territorial, de pugna entre islas, o partidista, entre formaciones que eran aliadas, debe ser valorada en todas sus consecuencias. Al situarse fuera del Govern, Més per Menorca -que corta sus relaciones con el PSIB-PSOE y Més per Mallorca- utiliza una estrategia similar a la de Podemos en el Parlament a costa de la inestabilidad del Ejecutivo.

La continuidad de Ruth Mateu en el Govern era insostenible desde el momento que trascendió que su departamento, responsable del área de Transparencia, ocultó de manera deliberada contratos menores. Més per Menorca debe hacerse valer con otras maneras y llegar al fondo de esta crisis.