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Los congresos que durante este fin de semana han celebrado el PP y Podemos han concluido con la reelección de Mariano Rajoy, fiel a su previsibilidad; mientras que Podemos ha optado por apoyar a Pablo Iglesias y sus consecuencias. El PP ha confirmado el liderazgo indiscutible de Rajoy. Sin oposición, y tras ganar el pulso interno a José María Aznar y Esperanza Aguirre, ha revalidado la presidencia del partido y ha confirmado a su equipo de colaboradores, incluida María Dolores de Cospedal. Con Rajoy el PP se presenta como una formación cohesionada, un gran valor frente a las divisiones de sus adversarios de la izquierda.

En Podemos, Pablo Iglesias se ha impuesto con claridad a hasta ahora 'número dos', Iñigo Errejón. Ahora, con la posición que asigne a su oponente, se sabrá si Iglesias aplica el mensaje de unidad y humildad lanzado por las bases en Vistalegre II.

El congreso morado ha apoyado la radicalidad de Iglesias. Desaparecen los diques de contención y los contrapesos, circunstancia que en términos electorales beneficiaría al PP y perjudicaría al PSOE, pero con la incógnita abierta de cuál será la nueva ruta política que emprenderá ahora Podemos.