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La elección del nuevo director general del Ens Públic de Radiotelevisió de les Illes Balears, que gestiona los canales autonómicos de radio y televisión (IB3), ha abierto una batalla política entre los grupos que integran la mayoría de izquierdas en el Parlament y el principal grupo de la oposición, el Partido Popular. Hay cuatro nombres sobre la mesa, pero la ley en vigor obliga a que el nuevo responsable de la radiotelevisión balear obtenga el apoyo de dos tercios de la Cámara, lo que obliga a un acuerdo con el PP.

Las alternativas, a falta de entendimiento, consisten en retrasar seis meses la designación o bien modificar la actual norma. Ambas fórmulas prolongan la interinidad en IB3.

Superado el debate sobre el papel de cohesión social y de normalización lingüística que corresponde desempeñar a los medios públicos, IB3 debe ser el canal de comunicación audiovisual de referencia en las islas, lo que implica una información veraz a independiente y una programación digna y próxima. IB3 no puede ser un altavoz de partidos con responsabilidad institucional, porque solo desde el consenso político se puede garantizar la estabilidad y la credibilidad de IB3.