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La OCDE ha situado a España como uno de los países con mayor diferencia salarial, donde un diez por ciento de la población acumula el 43 por ciento de la riqueza nacional. Esta situación se ha acentuado a partir del 2007, con la crisis económica, de manera que España se sitúa en el puesto 24 de los 34 estados que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Las medidas de ajuste y reforma, aplicadas desde 2007, han tenido su efecto sobre la renta de los trabajadores, porque entre 2007 y 2011, durante el anterior gobierno presidido por de Rodríguez Zapatero, los salarios más bajos en España se redujeron un 13 por ciento, mientras que los más altos solo disminuyeron en un 1,4 por ciento. Esta distinta evolución ha ampliado una brecha salarial que es preciso reducir.

Porque empobrecer, como denuncia la OCDE, provoca efectos perjudiciales sobre el conjunto de la economía al paralizar, en la práctica, el consumo. Un escenario que impide la reactivación y la recuperación, porque no es suficiente con generar empleo. Es preciso añadir factores relacionados con la calidad, y los salarios constituyen elemento clave.