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El auto de apertura del juicio oral por el 'caso Nóos', que dictó ayer el juez José Castro, culmina una larga instrucción -más de cuatro años- y sitúa a los socios principales del Instituto Nóos, Diego Torres e Iñaki Urdangarín, en el eje de una trama urdida para obtener pingües beneficios a costa de las instituciones públicas. Es mucho más que otros episodios de corrupción política en España. Sus protagonistas revelan el deterioro en la gestión de los recursos públicos; un latrocinio en el que colaboró -como colaboradora- la hermana del Rey Felipe VI, la infanta Cristina.

La imputación de doña Cristina de Borbón como cooperadora en dos delitos fiscales cometidos por su marido, Iñaki Urdangarín, la sitúa entre los numerosos encausados -en la que también figura el expresidente Jaume Matas-; y afronta penas de hasta ocho años de cárcel así como una elevada caución de 2,7 millones de euros. El 'caso Nóos' fue determinante en la abdicación de Don Juan Carlos. La infanta Cristina debe renunciar a sus derechos dinásticos -es la sexta en la línea de sucesión al trono.

Quien se siente en el banquillo de los acusados no puede aspirar a la Jefatura del Estado.