El dato de que los jóvenes con menos de 30 años destinen en Balears el 83,1 por ciento de su salario a la compra de la vivienda explica muchas situaciones y actuales comportamientos de nuestra sociedad. La diferencia con la media estatal supera los veinte puntos porcentuales.
En Balears se da la circunstancia paradójica de que los jóvenes son quienes presentan la tasa más alta de emancipación, pero al mismo tiempo también son los que tienen más dificultades para conseguirla y mantenerla. Las Islas mantienen, en relación con el resto del Estado, unos niveles de vitalidad económica que propician importantes expectativas laborales, pero con unas contrataciones precarias y de bajas remuneraciones, incluso en tareas que exigen cualificación.
La entrada en el mercado laboral se retrasa cronológicamente y prolonga su inestabilidad, lo que dificulta alcanzar este 83,1 por ciento de coste salarial para financiar la vivienda.
Los jóvenes precisan del apoyo económico de los padres para salir adelante, la llegada de los hijos se retrasa, el consume se reduce... Es preciso recuperar la cultura del ahorro y la previsión; y también estimular como alternativa a la compra.