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Los cambios en la tributación anunciados por el Gobierno, que incluyen una rebaja en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), tendrán un evidente impacto sobre los tramos autonómicos, que en Balears supondrán la reducción, aún indeterminada, de sus ingresos.

Los gobiernos autonómicos, entre ellos el de Balears, están preocupados por la merma de ingresos que supondrá la entrada en vigor de este nuevo modelo de tributación. El Ejecutivo que preside Rajoy debe contar con las comunidades autónomas a la hora de fijar los criterios de financiación de las administraciones para conseguir el equilibrio y cohesión territorial.

Sigue pendiente la presentación del nuevo modelo de financiación que debe garantizar la suficiencia de recursos de todas las autonomías. En este caso la situación de Balears es angustiante porque las Islas nos encontramos entre las comunidades peor financiadas por el Estado, lo que se arrastra desde hace décadas. El presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, ha mantenido una posición de firmeza ante el Gobierno central.

No caben titubeos en esta reivindicación, porque el compromiso para resolver el agravio que padecemos es irrenunciable.