En el libre mercado, las empresas tienen plena capacidad para fijar y aplicar su propia política comercial, pero si el actual hundimiento de precios, con tarifas de solo 13,50 euros para el doble trayecto de ida y vuelta, responde a una estrategia para eliminar la competencia, los organismos reguladores están obligados a intervenir para evitarlo.
Porque el principal riesgo consiste en que la ruta Ciutadella-Alcúdia quede finalmente en manos de un único operador -el que tiene más capacidad de resistencia- que entonces podrá incrementar los precios y también fijar los días y los horarios en los que navergará al haber eliminado las navieras competidoras.
El panorama será similar al transporte aéreo entre Mallorca y Menorca y apunta a una obligación de servicio público para el transporte marítimo.