Su eslora mínima de 24 metros, que combina tecnología y diseño, garantiza una navegación espectacular y de alto nivel competitivo. Diez de los únicos veinte barcos Wally del mundo y tres de los siete veleros de la J-Class ya han confirmado su participación en esta prueba excepcional que consolida el papel de Menorca en el mapa de la grandes competiciones náuticas, porque ya acoge las regatas Menorca-San Juan en junio y la Copa del Rey de Barcos de Vela en agosto.
Esta iniciativa, que reunirá a 400 personas entre armadores, tripulantes y acompañantes, es posible gracias al Proyecto Embajadores, impulsado por el Consell de Menorca, y gracias al empeño personal de Alberto Palatchi, propietario de la empresa Pronovias, con una relación de veinte años con la Isla.
El acierto de este proyecto implica una cuestión clave: ser capaces de darle continuidad, de forma que, junto a Saint Tropez, se transforme en una de las dos citas náuticas más importantes del Mediterráneo.