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La tarde del 5 de enero llegué acompañando a dos personas con discapacidad a la zona preparada para la llegada de los Reyes Magos en el puerto de Mahón, iba con tiempo para intentar que pudieran «verlos» de cerca, entrecomillo verlos porque ellos apenas tienen un 30 por ciento de visión, nos acercamos a una agente de la Policía Portuaria para preguntar a qué hora estaba previsto que llegaran, nos contestó muy amablemente, nos acompañó a un banco muy cercano al vallado dispuesto y siguió con su trabajo, yo no tenía muy claro que aun habiendo llegado con la suficiente antelación, teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que iban a ir llegando, pudiéramos estar cerca, sobre todo porque no podían estar tanto tiempo de pie, la agente debió de leerme el pensamiento porque poco después vino para decirme que había pedido permiso a su supervisor para poder acotar un pequeño rincón en primera línea con parte de las vallas para que pudiéramos acceder solo nosotros, incluso se lo comentó a las personas de Protección Civil para que estuvieran al tanto, su gesto supuso que dos personas pudieran vivir un pequeño sueño, no sé su nombre pero seguro que ella se acuerda, desde estas líneas solo darle las gracias de corazón.