TW

Sabemos que los niños y los ancianos son la parte más débil de la sociedad, por lo tanto han de ser las Administraciones a través de los Servicios Sociales, también los familiares, que han de dar la voz de alarma, cuando vean, comprueben y crean que los reglamentos no se cumplen, pues los ancianos son los que lo sufren, pero no tienen voz ni voto, desgraciadamente.

La juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo, todos llegaremos a viejos (peor el que no llegue) y la mayoría tendremos que ir a un geriátrico, tengamos o no hijos.